Sin razón aparente
me vienes al alma,
al corazón,
a la mente...
Tu ausencia en la casa
se borra,
se pierde,
y tu presencia me invade
tierna,
suave
y ardiente...
Sin razón aparente
retornas...
Te recuestas a mi lado
y mi alma se enciende,
te busca y te encuentra
junto a mí,
te reconoce,
te acaricia,
te siente...
Sin razón aparente
evoco tu sonrisa,
tus manos,
tu piel...
Y la brisa poniente
me trae tus besos,
afirmando que te amo...
y te amaré para siempre...
Santiago, 08 de Octubre de 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario