Y es entre calles que me reconozco,
aunque no siempre recuerde dónde estaban,
aunque a veces me pierda entre portales
O se me olvide algún nombre altisonante...
Y es entre antiguos edificios que crecí,
entre el románico, el gótico, el neoclásico.
Y en las veredas e históricas esquinas
transcurrió mi infancia de juegos y travesuras.
Y es entre el verdor y la lluvia de Asturias
que tengo mis más nítidos recuerdos de niña,
los del vetusto colegio, el delantal blanco,
las lecciones de matemáticas y geografía...
Y es en mi barrio de Miguel de Unamuno
que quedó esa parte de mi historia,
de mis risas, mis primeros besos de amor,
de mis amigos, de mi naciente memoria...
Y los juegos dieron paso a la adolescencia
y la adolescencia a mi juventud inquisitiva,
esa que también transcurrió entre muros solemnes,
estatuas, columnas y empedrados refulgentes...
Calles, veredas, esquinas y antiguos portales.
Verdores, campos, fina lluvia y acantilados.
Balcones en edificios bajos y una altísima Catedral.
Muros, estatuas, columnas y empedrados...
Cimentando el camino de mi infancia,
fijando las plataformas de mi inquieta juventud,
construyendo los tablados de mi vida adulta
y los escenarios de mi azarosa realidad...
Santiago, 04 de Enero de 2010
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