Me pierdo en tu constelación de lunares
y deslizo mis dedos por tu espalda y tu pecho,
trazando y uniendo galaxias,
descubriendo nuevos mundos,
nuevas dimensiones del universo...
Me encuentro entre tus brazos,
tus manos recorren mi piel anhelante,
y en la comunión de los besos
siento tu boca fresca apagar mis requiebros...
Me pierdo en la intensidad de mi deseo,
el desmayo de mis sentidos,
y la pasión de mi cuerpo...
Y entre los lunares de tu cosmos perfecto,
encuentro la razón de mi infinito anhelo.
Y ya no eres uno, sino dos en el silencio,
en la calma gozosa del ansia apaciguada,
en el abrazo calmo y satisfecho
del amor sereno en el descanso del sueño...
Santiago, 22 de Marzo de 2006
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