Bajo un cielo inefable
que se descompone sobre la tierra
entre mariposas doradas
cual lágrimas de fuego
y arena...
Sobre esta heredad perdida,
entregada a la sombra de las guerras,
a la ignominia del silencio,
a las heridas sangrantes,
y abiertas...
Entre las rosas quebradas
de pétalos añosos y ajados,
vaciados de aroma y colorido,
sucios de polvo,
desgreñados...
Dentro de este mundo incierto,
ahogado en oscuras tinieblas
donde el ave pierde plumas
y el mar su pureza
y su fuerza...
Describo un círculo en el aire,
un canal de vibrantes soles.
Todos ellos anidando universos,
todos ellos rebosando lunas
y estrellas...
Santiago, 15 de Octubre de 2010
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