Hay noches tan largas como espinas
Como madrigueras secas
Como nidos estériles
Como lluvia ácida
Que no encuentra semilla.
Hay días perdidos en el tiempo
Como nubes errantes
Como almas en pena
Como cielos apagados
Que no conocen vientos.
Hay penas amargas y eternas
Como ramas enmohecidas
Como desiertos de arena
Como pliegues dolorosos
De una tierra reseca.
Hay llantos silenciosos
Que inundan las veredas
Que no saben de auroras
Como ríos subterráneos
De sangre y luna llena.
Hay horas apagadas
De crepúsculos y esperas
De ocasos infinitos
De esperanzas dormidas
Ojerosas y secretas.
Y sin embargo, la vida
-ese impulso que nos arrebata-
embiste inapelable,
como polvo de estrellas
anhelante y cósmica...
Santiago, 15 de Octubre de 2010
como un viento fresco en noche de luna..
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