Hay algo de mí
que nunca morirá.
Aún no vislumbro
si se trata
de la simiente pura
de mi alma tibia
o el verbo alado
de mis manos
en tu espalda.
Quizás la luna llena
cargada de rocío
o el manantial sensible
que emanó un día
de mi vientre.
Hay algo de mí
que nunca morirá,
porque la noche
no cubre de llanto
mis sueños
sino que perla de estrellas
mi frente dormida.
Quizás la prosa viva
que liberé al viento,
salida del encierro injusto
y el tiempo de barbecho,
o quizás el verso inquieto
que dormitaba somnoliento,
anidado cual paloma
en el centro
de mi pecho.
Hay algo de mí
que nunca morirá.
Aquello que hoy
es vida, corazón y aliento,
reflejo mágico
de mi pasado etéreo,
palabra, obra, luz
y pensamiento...
Santiago, 27 de Abril de 2011
Algo en tí... esa sensibilidad centelleante y luminosa.
ResponderEliminarBravo, Thamar.
hermoso!!!!
ResponderEliminarqué lindo, Pete...
ResponderEliminarla luz que entra en su corazón entre tanta vida no puede cambiar y le pertenece para siempre.
Gracias!! De alguna manera mi cumpleaños me puso reflexiva... Y este poema es el resultado de las sensaciones que esas reflexiones dejaron en mí... :-)
ResponderEliminarBesos! xxx