Quizás me acusen de no ser objetiva
por lo que voy a pasar a exponer, pues soy mujer, pero lo cierto es
que cuanto más pienso en esto, más me convenzo de su realidad.
Sumemos a esto que la testosterona (y
esto es una verdad científica) es una hormona que predispone a la
violencia mientras que la progesterona inhibe los impulsos agresivos.
Desde que el mundo es mundo, hemos
estado, sobre todo, dirigidos por hombres, y eso incluye el presente.
O por mujeres que se han rendido al modelo masculino y han decidido
ser protagonistas bajo sus mismos parámetros agresivos, dominantes y
competitivos. Basta echar un vistazo a la Historia de la Humanidad
para ver cómo las guerras, las masacres, las torturas, los
genocidios y otras decenas de eventos violentos han marcado los
fenómenos sociales y políticos. ¿Sería lo mismo si las mujeres,
dejando de lado el modelo masculino de interacción personal y
social, tomáramos las riendas de este mundo? Yo creo,
fervientemente, que no. Creo que, respetando nuestra naturaleza
gestadora de vida, afectiva, tolerante, no competitiva, integradora y
comprehensiva (y no por ello menos inteligente), como dirigentes del
mundo, las mujeres haríamos un trabajo mucho mejor...
perfecto!
ResponderEliminarGracias, Clau, un abrazo y miles de besos... :)
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