Martes
Las densas
nubes
de mi
oscuridad más secreta
se dispersan
al fin,
y veo renacer
las perlas sonrientes
de mis flores
frescas,
aquellas que
sembré en mi interior,
aquellas que
son la fuente eterna
de mis dichas
y de mis penas.
Me acecha la
inquietud,
me emboscan
viejas sombras,
pero la paz
retorna,
siempre
retorna,
como el toque
musical
del cristal
más tenue,
que estalla en
notas de luz
con el mero
roce de mi boca.
Santiago,
04/04/2017
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