sábado, 2 de abril de 2011

"Con miras más altas" (texto)

“Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.

No estoy en este mundo para satisfacer tus expectativas,

ni estás tú en este mundo para satisfacer las mías.

Tú eres tú y yo soy yo,

si por casualidad nos encontramos, es hermoso;

si no, no hay nada que hacer”.

Este breve poema pertenece al psicólogo de la Gestalt Fritz Pearls, y me pareció interesante plasmarlo aquí, pues plantea interesantes elementos con respecto a la relación de pareja y a cualquier interacción humana en general, y sobre todo, hace hincapié en esa tendencia tan humana de aferrarse a lo que ya no tiene vuelta, a pretender salvar aquello que ya no puede salvarse, y posiblemente muchas veces por simple temor: a la pérdida de algo o alguien amado, al cambio, a un futuro incierto, a la pérdida de status, o simplemente por ese no siempre acertado refrán popular del "más vale malo conocido...".

Lo cierto es que uno de los eventos vitales que más fuertes y sabios nos hace a los seres humanos es el de saber reconocer y aceptar el fin de algo, una relación, un trabajo, un amor, una amistad, un proyecto, un sueño... Nuestro innato temor al cambio, a lo desconocido y a la soledad nos lleva, muchas veces, a tolerar por años situaciones y realidades que no sólo jamás serán como deseamos, sino que además, en el proceso, nos dañan emocional y físicamente, produciéndonos angustia, estrés, ansiedad, tristeza y altos niveles de frustración...

Nunca ha sido fácil reconocer que algo se ha terminado y no merece la pena seguir dándonos de cabezazos contra una pared porque ese reconocimiento siempre lleva aparejado un fuerte sentimiento de fracaso, y unido a éste, otro más fuerte aún de culpa... Y lo cierto es que el fracaso no existe, es sólo una experiencia que nos enseñó y mostró algo importante de nuestras vidas, y es que las cosas, a veces, simplemente no resultan y debemos revisarlas y redefinirlas (revisar y redefinir nuestros objetivos, nuestras motivaciones, nuestros recursos, nuestras habilidades) para conseguir el éxito o el cumplimiento de nuestras expectativas... Y la culpa no es más que una forma cruel y sutil que las sociedades humanas han impuesto a todo individuo para limitar su libertad y asegurarse su sometimiento ya desde la cuna, desde lo más primigenio de nuestras existencias: el seno de nuestra vida familiar y, por extensión, nuestra vida social posterior. La culpa no enriquece, todo lo contrario, es un lastre que nos priva de avanzar de forma constructiva y que debemos sacudirnos por nuestra sanidad mental; el fracaso, tomado desde su lado positivo, es una oportunidad que se nos brinda para aprender de aquellas actitudes o recursos que alguna vez no nos sirvieron y precisan una revisión, un análisis, un ajuste y una solución.

Toda relación conlleva la maravillosa expectativa de darnos todo aquello que siempre deseamos o la oportunidad de construirlo... Y también el riesgo de convertirse en una trampa emocional de la que no será fácil salir... Salvo que seamos capaces de enfrentar y sacudirnos la equívoca sensación de fracaso, el impuesto sentimiento de culpa y el temor que nos impide avanzar con la determinación y las miras altas de quien confía en sí mismo/a y sabe que el cumplimiento de sus sueños y expectativas dependen, en primer término, de uno/a mismo/a y del empeño que ponga en alcanzarlos.


Santiago, 30 de Mayo de 2007


10 comentarios:

  1. Eeeeeh, hermana, lo leo en güichipirichi, te he dicho que escribas tus notas con el idioma de aquí, no el de tu planeta, coño.

    ResponderEliminar
  2. ¿Cómo? Yo lo leo normal, qué raro... Voy a reeditar la nota, ok?
    Besos! xxx

    ResponderEliminar
  3. qué bien, porque también nos salió a Enrique y a mi en un lenguaje rarísimo.
    La verdad, es que al leer a primera vista los versos me suenan sumamente egoístas, primero, porque el amor SÍ está para satisfacer expectativas, el amor no egoista pretende hacer feliz al otro, no sólo a una misma. Luego, eso de tú eres tú y yo soy yo, me sonó dolorosamente triste, porque el ideal es que tú seas yo y yo sea tú. De eso se trata el amor. Pero, claro, si está en el contexto del final de un amor que no pudo ser el que requiere una relación de pareja para los restos, me queda más claro: se llegó a un punto en que no se aman como para eso, como para vivir una eternidad amorosa juntas porque no hay para tanto. Y, si, tienes razón, mucha gente arrastra infelicidad no sólo para si misma sino para quienes la rodean por no saber cuándo el amor no está existiendo igual para los dos, aferrándose a una situación terrible. El miedo, la inseguridad conque se nos cría y educa, el entorno agresivo y odioso que nos rodea, sólo nos da una fuerza para sobrevivir: el egoísmo y eso también afecta definitivamente a nuestra manera de amar. Muy buena nota, nena...

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno y yo creo que cuando dice que yo soy yo y tú eres tú no es egoísta, se refiere a que la gracia es respetar la identidad del otro, no buscar en el otro un clon. Yo soy yo y asi te amo, tu eres tú y por eso te amo. O sea, amar al otro con sus virtude y defectos,, no amar al otro "a pesar de". Salvo casos desastrosos, claro, no le voy a decir a un compañero infiel o maltratador "te amo como eres", no, ahí estoy dejando a un lado mi yo soy yo. Te amo como eres, tú me amas como eres y ambos debemos respetarnos. Eso debería ser el amor.
    Un beso a ambas!!!

    ResponderEliminar
  5. lo digo de una forma más trascendente que la de respetarse, eso cae de cajón. me refiero a que, se supone, que el verdadero amor parte por desear hacer feliz al otro, amar al otro como a uno mismo. es lindo ese intercambio, digo yo.

    ResponderEliminar
  6. Yo creo que las palabras de Fritz Pearls van incluso más allá de "amar al otro como a sí mismo, buscando la felicidad del otro" pues aunque bello esto igual deja muchos cabos sueltos y no respeta la "otredad". Porque, ¿qué es "amar al otro como a mí mismo?" ¿Abarca amar con realismo, sabiendo que el otro es una persona completamente distinta, con necesidades distintas, con aspectos de su personalidad a veces incompatibles con las nuestras? Porque toda relación implica una negociación, un ajuste, un toma y daca, y en esto Pearls es claro: no estamos aquí para satisfacer las expectativas del otro sino para compartirlas, y cuando las expectativas no son las mismas obviamente hay que hacer ajustes, y siempre habrá uno que ceda y otro que posea, y aunque esto se haga equitativamente, igual sigue implicando un trabajo arduo... Yo creo que no hay que amar a otro como a sí mismo sino ser capaces de amar a la "otredad" como amamos la nuestra que, como yo lo veo, no es lo mismo... Yo no puedo amar a otro como a mí mismo sin sublimar al otro, pero sí puedo aceptar su condición de otro y amarlo sin más condición que él haga el mismo esfuerzo conmigo... ;)
    Besos! xxx

    ResponderEliminar
  7. Es decir, "amar al otro como a mí mismo" ¿no viene a significar "amar al otro como a mí me gustaría que me amaran, como yo necesito ser amado"? A eso me refiero con lo de amar la "otredad": amar al otro en toda su dimensión y en sus verdaderas y diferentes necesidades y características... Tarea ardua que precisa, valga la redundancia, de mucho amor... ;)

    ResponderEliminar
  8. Muy bueno tu texto Thamar! como todo lo que ecribes...gracias!
    Una vez un profe-psicólogo ya de experiencia nos dijo algo muy cierto, en esto de arrejuntarse dos personas, cada una con su ser integral y su historia al hombro, dijo algo así como:"la mayoría de las parejas a veces dicen, "bueno, yo me casé contigo, NO con tu familia"...GRAN ERROR, las personas nos casamos o convivimos con nuestra pareja, pero sin duda También con la familia, porque nosotros todos venimos de una cultura familiar, para bien o para mal, y eso es parte del paquete, si no lo entendemos, podemos caer en serios problemas...y en un quiebre inevitable."
    Eso no lo olvido, porque es muy , pero muy cierto!
    Abrazo Thamar.
    Amada

    ResponderEliminar
  9. Ama al projimo como a ti mismo,tendria que venir seguido de Conocete a ti mismo!! esa es la verdad. Si amamos solo a unos cuantos nos amamos muy poco porque no sabemos amarnos a nosotros mismos y eso se nota por el estado actual del mundo..Nos amamos poco o nada.
    Con respecto a la pareja creo que el amor termina y cuando eso ocurre, no nos damos cuenta y nos aferramos a ella. No es malo que el amor termine, nada es malo enrealidad, es la oportunidad de seguir creciendo, uno crece con el amor.Solo con el amor de pareja nos metemos en "piquero" en la realidad del otro, y somos parte de el. vemos el mundo con los colores de el..y nos guste o no, entran esos matices a formar parte de nosotros..y si quedan vacios ...........la vida se encargara de llenarlos conociendo a otro..es lo rico de la vida. dolor, amor,soledad, union..la alquimia que nos transforma en la pepita de oro

    ResponderEliminar